La Petardo de Echesortu
Historias de Rosario Freak

La Petardo de Echesortu (parte X)

     Chupinas, rabonas o simplemente alguna escapadita. Hay prueba de matemáticas y no estudié, ¿qué hago, qué hacemos? (siempre hay un cómplice). Mejor faltar y probar suerte en el recuperatorio (infaltable excusa y autojustificación suponiendo que habrá más tiempo para estudiar, para luego llegar a la misma situación) Además también hay que estudiar lengua, historia y geografía. El día pinta lindo, aparenta buen tiempo, creo que no hay más nada que decir: hoy faltamos.
     Todo sería tan sencillo sin responsabilidades, o al menos si se las pudiese postergar a gusto y conveniencia de cada uno. Pero nuestros padres no saben nada, ellos nos deberían autorizar. Tarde, el timbre de ingreso ya sonó, las puertas del colegio se cerraron, nosotras quedamos del lado de afuera. Aunque algunas compañeras nos vieron llegar, en la lista de presentes la celadora anotará ausente.
     Así Gabriela, Silvina y Graciana evitaron esa responsabilidad, como lo harían otras veces, y salieron rumbo a la otra escuela, esa que enseña cosas de la vida, a veces más útiles que lo que enseñan en el colegio: la escuela de la calle.
    ¿Adónde ir, qué hacer a esa hora de la mañana? Bares para empezar, en "La Capilla" podrían empezar desayunando de nuevo contándose los chimentos del fin de semana y fumarse un cigarrito, total al "japo" que servía las medialunas no le importaba. Pero ahí no había chicos, aún era temprano para que empiecen a frecuentar los "chupineros" de la cuatro a jugarse unos pooles, así que decidieron partir hacia otro bar menos visible, donde sí los hubiese. El lugar no era muy lejos de ahí, tampoco cerca y sabían que unos flippers nuevos atraerían más desertores de obligaciones escolares.
     Pero era época de lluvias y sin que pudiesen prevenirlo, las agarró en pleno camino un chaparrón que las obligó a correr las últimas cuadras. Cosas del destino, llegaron empapadas, con las camisas blancas mojadas, que adheridas al cuerpo, hacían más evidente lo que el cambio de temperatura logra con los pezones.


     Las risas de ellas se apagaron un poco cuando notaron que en este bar, digamos algo más semejante a lo que llaman "pub", estaban los amigotes de Gabriela, tal como lo habían supuesto. Silvina y Graciana optaron por una posición más pudorosa, pero Gabriela no se conformó con el intercambio de miradas y los comentarios en voz baja y cuchicheos e hizo frente a la situación. Así fue como se les acercó segura y sonriente y frente a todos lo desafió a Luciano.
- Así que tenés sexo conmigo y yo no participo.
- ¿Qué querés decir?
- Que sos un pajerito, la próxima vez avisame que quiero estar.


    Se quedaron todos mudos, pero la carcajada estalló inmediatamente cuando Luciano se puso visiblemente colorado. Entonces Gabriela agarró el delantal que él tenía enrollado con sus libros, para usar a modo de toalla, secarse su camisa y con el delantal húmedo, limpiarle la cara, para luego frotarle los labios con el pulgar derecho y darle justo allí un besito de despedida.
    Volvió a la mesa de sus amigas, desde donde vieron la escena completa. Sabían definitivamente que ahí no sólo no serían las marginadas, sino que serían el centro de atención de todas las miradas. El manejo de ese poder sólo se aprende en esa escuela y allí ellas aprobaban con nota.
 

Noviembre 10, 2002  
Lista de capítulos
1 - El origen 2 - Cambios 3 - Buenas y malas 4 - Dobladillo 5 - Aromas 6 - Eureka
7 - Censurado 8 - Tilinga 9 - Exámenes 10 - Bares 11 - Diferencias 12 - El qué dirán
13 - Pelusitas 14 - Regalale flores 15 - Estrambótico Volver a Rosario Freak